4 de diciembre de 2010

Cosmogonía nórdica

Muy poco en común tiene la explicación que los pueblos nórdicos dieron del origen y de la estructuración del mundo con la griega. Si bien, parten de un inicio similar: lo que los griegos llamaron caos los nórdicos lo denominaron Ginnungagap (espacio vacío). En él lo único que había definido era la polaridad en dos secciones, el Muspelheim al norte y el Niflheim al sur. El primero estaba compuesto por fuego y el segundo por hielo y niebla. Del Niflheim brotaron doce ríos de hielo que formaron grandes bloques, siendo fundidos al poco tiempo por las llamas del Muspelheim y del vapor resultante nació Ymir, el primer gigante, de quien deriva el mundo (tendríamos a las tres entidades primordiales como los griegos tenían a Caos, Gea y Urano, pero aquí el tercero sí que nació como unión de los dos primeros). El enorme calor de esta fusión hizo sudar a Ymir y a partir de sus sudor nacieron sus hijos: un varón, una hembra y un monstruo de seis cabezas que fueron los primeros gigantes de la escarcha. La fusión inicial dio lugar a otras criaturas, entre ellas una vaca, Audhumbla, de cuya leche se alimentó Ymir.

Ymir alimentándose de la vaca


La res a su vez se alimentaba lamiendo bloques de hielo en el Ginnungagap , y en uno de ellos encontró al primer dios de la mitología escandinava: Buri. Aún así no tuvo mucha trascendencia, ni tampoco su hijo Bor, de quien apenas hay información; pero sí es fundamental la descendencia de este último formada por Vili, Vé y Odín (homólogo de Zeus). Estos tres son los primeros Æsir, los principales dioses de la mitología nórdica. Al poco tiempo cayeron en la cuenta de que era necesario formar un mundo ordenado que supliese el Ginnungagap, de modo que asesinaron a Ymir para lograrlo (como los dioses griegos vencen a los titanes). Cuando lo mataron derramó tanta sangre que se formaron los mares, lagos y ríos; a continuación lo cortaron y montaron la tierra a partir de su carne, y sobre ésta quedaron sus pelos a modo de vegetación. Con sus dientes se hicieron las rocas, y con sus huesos las montañas. Su cráneo fue aprovechado para colocar el cielo que cuatro enanos se encargarían de sustentar (podría ser un paralelismo con Atlas). De su cerebro dispusieron las nubes y mediante sus cejas construyeron el primer asentamiento humano, el Midgard. Sólo faltaba la luz, y para conseguirla se dirigieron hacia el Muspelheim, de donde robaron las dos centellas más grandes con las que crearon el sol y la luna, y otras menores con las que alzaron las estrellas.


Un tiempo después crearon los primeros humanos y dividieron el universo en tres mundos, cada uno con varias regiones. Los Æsir pasaron a vivir al Asgard (equivalente al Olimpo), una ciudad en el mundo etéreo que también acogía a los guerreros caídos en combate (en el Valhalla); los humanos se quedaron en el Midgard (la Tierra conocida por los pueblos escandinavos) que es sólo una de las cuatro regiones terrestres. Y el Nifhel se convirtió en el lugar de castigo para las malas almas (como el Tártaro).

2 comentarios:

Virginia dijo...

A pesar de las diferencias, hay elementos comunes o paralelismos interesantes, ¿no te parece?

Anónimo dijo...

eso siempre pasa en las distintas mitologias, en el origen siempre esta el caos, seres primigenios, rtc...