Andrómeda era hija de los reyes etíopes Cefeo y Casiopea. Esta, provocó a las Nereidas al presumir de su belleza (1), y estas fueron enfurecidas al dios Poseidón para que hiciera justicia. Este decidió inundar su reino y envió un monstruo marino llamado Ceto para que destruyese el ganado y matara a los hombres. Cefeo, el padre de Andrómeda, fue desesperado a pedir consejo al oráculo de Amón, el cuál le dijo que para que el monstruo dejara de atacar el pueblo tenía que casarlo con su hija Andrómeda. Así, ató a Andrómeda a una piedra y la cubrió de piedras preciosas a la espera de que apareciese el monstruo Ceto.
Atada al mar Andrómeda lloraba,
los nácares abriéndose al rocío,
que en sus conchas cuajado en cristal frío,
en cándidos aljófares trocaba.
Besaba el pie, las peñas ablandaba
humilde el mar, como pequeño río,
volviendo el sol la primavera estío,
parado en su cénit la contemplaba.
Los cabellos al viento bullicioso,
que la cubra con ellos le rogaban,
ya que testigo fue de iguales dichas,
y celosas de ver su cuerpo hermoso,
las nereidas su fin solicitaban,
que aún hay quien tenga envidia en las desdichas. (2)
Pero, justo entonces pasó por allí Perseo que, tras matar a Medusa, había recibido como obsequio unas sandalias aladas, y al ver ahí encadenada a Andrómeda se enamoró de ella a primera vista, por lo que bajó a hablar con ella y al enterarse de lo que estaba sucediendo fue a hablar con Cefeo y a pedirle casarse con ella a cambio de salvarla. Los reyes aceptaron a regañadientes y Perseo mató a Cefeo con la cabeza de Medusa, convirtiéndolo así en Coral.
El héroe creía que su boda con Andrómeda sería a lo grande pero Andrómeda ya tenía otro prometido, el príncipe Agénor, que estaba en cólera por haberse quedado sin futura esposa por lo que Perseo, utilizando de nuevo la cabeza de Medusa, luchó contra él y finalmente logró casarse con su amada. Perseo y Andrómeda se trasladó a Argos, donde tuvieron una hija y seis hijos y sus descendientes gobernaron Micenas.
Cuándo Andrómeda murió, la diosa Atenea la situó cerca de su marido y de su madre Casiopea al situarla entre las constelaciones del cielo del norte.
Cuándo Andrómeda murió, la diosa Atenea la situó cerca de su marido y de su madre Casiopea al situarla entre las constelaciones del cielo del norte.
¡Pobre Andrómeda!
Pues cruel destino le ha tocado vivir,
todo por una madre
cuyas palabras no sabe medir.
Cansada de llorar
y de dejar que sus lágrimas queden
confundidas con el mar,
no le queda más remedio que esperar
a su prometido que ni dios ni humano será. (3)
(1): Según Higinio, la madre de Andrómeda presumía de la belleza de su hija, pero según Ovidio y Apolodoro presumía de su belleza propia.
(2): Poema de Lope de Vega.
(3): Poema que he escrito yo.
Para poder encontrar las diferentes versiones del mito he tenido que buscar en internet y leer fragmentos de "La metamorfosis" de Ovidio y la "Biblioteca mitológica" de Apolodoro, en las que mencionaban a Andrómeda al narrar la historia de Perseo.
1 comentario:
Por fin, Aitana. Más vale tarde que nunca.
Puedes hacer muchísimo más de lo que haces. Ánimo, mujer.
El poema tuyo está muy bien.
Me hubiera gustado una redacción tuya más personal, con más originalidad pero bueno!. En la próxima ocasión.
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