Antes que nada, a quien vaya a leer el post le recomiendo que vea la película antes, porque es, en mi opinión, una de esas que no os podéis perder, y una vez leído verla ya no tendrá gracia.
¿Qué tiene que ver esta película con Edipo? En principio nada. Y en realidad nada, a excepción del problema de ser el culpable desde un principio y no darte cuenta hasta el final, cuando ya es demasiado tarde, de manera que la lucha contra el destino se ha hecho completamente inútil, o más bien te has dejado llevar por él sin saberlo, abocado a la desgracia.
En Fight Club el espectador asiste al origen de la locura de un hombre cuyo nombre no se revela en ningún momento. Es un chico normal, con trabajo fijo, empeñado en renovar la decoración de su casa, pero aquejado de un grave insomnio que empieza a hacer mella en su salud mental, sin que el doctor al que acude le tome en serio, animándole a acudir a la terapia de ayuda de enfermos de cáncer testicular para que sepa lo que es de verdad el dolor. Él accede, se hace pasar por uno de ellos y allí se desahoga, con lo que consigue dormir otra vez; pero ahora necesita ir con frecuencia a cualquier centro de este tipo, porque sino recobrará su insomnio, y esto es lo que sucede cuando halla en diversas terapias a una chica (Marla) en su misma situación, que, como hiciese Yocasta con Edipo al nacer, lo despoja de “su hogar” (a medias, ya que se reparten los días de terapia para no coincidir, pero están destinados a terminar juntos). Cuando este hombre ha recuperado la estabilidad, suceden dos hechos importantes: conoce a Tyler Durden, un chico que le fascina con su conversación en un viaje en avión, y su casa se destruye por una explosión de gas. Se ve abocado a pedir a Tyler que le dé cobijo, y tras otra conversación que le hace darse cuenta de lo insignificante de su vida materialista y consumista (que puede equivaler a cuando el oráculo revela a Edipo la atrocidad que cometerá, motivando su huida de Corinto para emprender una nueva vida) se pelea con su compañero de viaje a instancias de éste, que quería saber qué se sentía. En este momento el protagonista consigue un alivio y satisfacción mayor que el que lograba en las terapias, y las reemplaza por el club de la lucha que funda con Tyler, en el que cualquiera puede entrar a pelear bajo unas sencillas reglas. Paralelamente a la relación que comienza su nuevo amigo y socio con Marla el club alcanza un éxito inesperado (en el mito momento de esplendor de Tebas y Edipo antes de sufrir la maldición) y se convierte en el proyecto Mayhem, donde el protagonista tiene cada vez menos cabida y los objetivos se han vuelto vandálicos y criminales ante el lavado de cerebro de sus miembros.
Cuando un hombre del proyecto muere Tyler desaparece; aquí el protagonista comprende que todo se le ha ido de las manos, y sale a buscar por todo el país al que ya no es su amigo para que detenga esta oleada de violencia. Comprueba cómo se ha extendido el proyecto en las ciudades y los estragos que va causando; la misma policía está involucrada. Todo el mundo admira a Tyler, quien se ha convertido en un mito y es imposible encontrarlo. Hasta que de pronto, como empezaba a sospechar, descubre que él mismo es Tyler Durden. Se lo revela un miembro (su Tiresias particular) y se lo confirma Marla. Él creó a Tyler, porque necesitaba cambiar su personalidad, dando vida a un ser guapo, listo, atrevido, capaz de atraer a las masas y, sobre todo, libre de sus ataduras, pero con un afán destructivo enorme que planea destruir las bases de la sociedad. Así, fue él mismo quien hizo explotar su casa, quien organizó el proyecto, quien sale con Marla.... Su personalidad se ha desdoblado (librándose de su ceguera, como el rey tebano), pero él se niega a que Durden se apodere de él. En primer lugar debe evitar que los miembros maten a Marla, puesto que sabe demasiado y podría arruinar el proyecto, luego debe frenar la destrucción y acabar con Tyler.
Llega un punto en que debe enfrentarse a su alter ego, que es muy superior a él. El protagonista llega al punto en que comienza la película: se encuentra atado a una silla, vencido por Tyler, que le concede el privilegio de observar cómo los explosivos colocados por el proyecto Mayhem van a derribar los principales edificios financieros, culminando así su objetivo. Pero el atado comprende que si él creó a Tyler es él mismo quien controla la situación, así que no hay motivo para encontrarse atado ni para que su perverso doble lo domine, de forma que le quita la pistola con la que lo amenazaba y se libera de la silla a través de su mente, se dispara en la mejilla y el acto de disparar contra la cabeza que en realidad es de los dos acaba con Tyler. El final queda abierto: Marla llega allí justo cuando los edificios empiezan a desplomarse, dando la impresión de que a partir de ahora podrá tener una relación normal con el protagonista, aunque ella en realidad se había enamorado de su locura.
El protagonista ha querido eludir su destino inconscientemente. Ha tratado de huir de una vida aburrida para hacer algo grande y eso le ha costado una locura completa, pero, a diferencia de Edipo, no ha vivido una tragedia y su final puede considerarse feliz.
FICHA TÉCNICA
DURACIÓN 139 min.
PAÍS EEUU
DIRECTOR David Fincher
GUIÓN Jim Uhls (Novela: Chuck Palahniuk)
REPARTO Edward Norton, Brad Pitt, Helena Bonham Carter, Meat Loaf, Jared Leto
1 comentario:
Bueno, Jaume, he seguido tu recomendación y primero he visto la película.
En efecto, aunque nos alejamos mucho de Tebas, en la película se plantea en su último tramo el argumento de Edipo: una investigación que acaba en el punto de partida; el protagonista acaba descubriendo que es el culpable de las desgracias que están a punto de ocurrir y no puede evitar. En esta película el desdoblamiento entre el que investiga y a quien está investigando (que, sin saberlo, es él mismo) supone un efecto dramático muy efectivo. La lucha entre el consciente y el inconsciente del protagonista en esa investigación sobre uno mismo también es muy evidente con ese desdoblamiento. Al final,gana el consciente, descubre la verdad, se descubre a sí mismo, elimina a su otra personalidad, y en ese sentido se trata de un final feliz, aunque las desgracias ocurren igualmente.
Estupendo, Jaume; gracias por tu aportación.
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