20 de diciembre de 2011

Andrómeda.


Andrómeda era hija de los reyes etíopes Cefeo y Casiopea. Esta, provocó a las Nereidas al presumir de su belleza (1), y estas fueron enfurecidas al dios Poseidón para que hiciera justicia. Este decidió inundar su reino y envió un monstruo marino llamado Ceto para que destruyese el ganado y matara a los hombres. Cefeo, el padre de Andrómeda, fue desesperado a pedir consejo al oráculo de Amón, el cuál le dijo que para que el monstruo dejara de atacar el pueblo tenía que casarlo con su hija Andrómeda. Así, ató a Andrómeda a una piedra y la cubrió de piedras preciosas a la espera de que apareciese el monstruo Ceto. 

Atada al mar Andrómeda lloraba,
los nácares abriéndose al rocío, 
que en sus conchas cuajado en cristal frío,
en cándidos aljófares trocaba.

Besaba el pie, las peñas ablandaba
humilde el mar, como pequeño río,
volviendo el sol la primavera estío,
parado en su cénit la contemplaba.

Los cabellos al viento bullicioso,
que la cubra con ellos le rogaban,
ya que testigo fue de iguales dichas,

y celosas de ver su cuerpo hermoso, 
las nereidas su fin solicitaban,
que aún hay quien tenga envidia en las desdichas. (2)



Pero, justo entonces pasó por allí Perseo que, tras matar a Medusa, había recibido como obsequio unas sandalias aladas, y al ver ahí encadenada a Andrómeda se enamoró de ella a primera vista, por lo que bajó a hablar con ella y al enterarse de lo que estaba sucediendo fue a hablar con Cefeo y a pedirle casarse con ella a cambio de salvarla. Los reyes aceptaron a regañadientes y Perseo mató a Cefeo con la cabeza de Medusa, convirtiéndolo así en Coral.
El héroe creía que su boda con Andrómeda sería a lo grande pero Andrómeda ya tenía otro prometido, el príncipe Agénor, que estaba en cólera por haberse quedado sin futura esposa por lo que Perseo, utilizando de nuevo la cabeza de Medusa, luchó contra él y finalmente logró casarse con su amada. Perseo y Andrómeda se trasladó a Argos, donde tuvieron una hija y seis hijos y sus descendientes gobernaron Micenas.
Cuándo Andrómeda murió, la diosa Atenea la situó cerca de su marido y de su madre Casiopea al situarla entre las constelaciones del cielo del norte.


¡Pobre Andrómeda!
Pues cruel destino le ha tocado vivir,
todo por una madre
cuyas palabras no sabe medir.

Cansada de llorar
y de dejar que sus lágrimas queden
confundidas con el mar,
no le queda más remedio que esperar
a su prometido que ni dios ni humano será. (3)



(1): Según Higinio, la madre de Andrómeda presumía de la belleza de su hija, pero según Ovidio y Apolodoro presumía de su belleza propia.
(2): Poema de Lope de Vega.
(3): Poema que he escrito yo.

Para poder encontrar las diferentes versiones del mito he tenido que buscar en internet y leer fragmentos de "La metamorfosis" de Ovidio y la "Biblioteca mitológica" de Apolodoro, en las que mencionaban a Andrómeda al narrar la historia de Perseo.

Briseida



Briseida era hija de Brises, de quien toma el nombre, ya que su verdadero nombre era Hipodímia. Se dice que tenía una extraordinaria belleza y que era una mujer alta,morena,con una mirada especial y bien ataviada. Estaba casada con Mines, pero Aquiles en la guerra de Troya lo mató. En el reparto del botín de guerra, Aquiles se quedó con Briseida y Agamenón con Criseida (prima de Briseida). El padre de Criseida reclamó a los griegos la devolución de su hija, pero no lo consiguió y por ello pidió a Apolo que castigase a los griegos con una plaga. Un oráculo dijo que se acabaría la plaga si Agamenón devolvía a Criseida a su padre, entonces Agamenón, aunque enfadado, la devolvió . Pero éste dijo que no estaba dispuesto a quedarse sin su parte del botín y pidió a Taltibio y a Euríbates que fueran a la tienda de Aquiles a por Briseida. Aquiles muy de mala gana la entregó, y Briseida se fue con ellos contra su voluntad. Aquiles enfurecido se negó a seguir luchando durante un tiempo en la guerra de Troya, en la que Patroclo su fiel amigo lucha con su armadura y muere en la batalla al ser confundido por Aquiles.



He buscado sobre este personaje en dos fuentes literarias clásicas: la Iliada,de Homero y la Heroida III, Carta de Briseida, de Ovidio.
En la Iliada Aquiles recibe a quienes fueron a por Briseida diciéndoles "Salud,mensajeros de Zeus y de los hombres! Acercaos: pues para mi no sois vosotros los culpables sino Agamenón, que os envía por la joven Briseida''. Entonces Aquiles le dijo a su amigo Patroclo Ea, Patroclo, del linaje de Zeus! saca la joven y entrégasela para que se la lleven !. Una vez se llevan a Briseida, Aquiles le pide a su madre ayuda para que le sea devuelta: "Tú, si puedes, socorre a tu buen hijo; ve al Olimpo y ruega a Zeus si alguna vez llevaste consuelo a su corazón con palabras o con obras". A esto su madre le respondió: "Yo misma iré al nevado Olimpo y hablaré a Zeus, que se complace en lanzar rayos, por si se deja convenver".

La Heroida III de Ovidio es un poema de amor ficticio donde Briseida mediante una carta, triste y enfadada ``Los borrones que veas, los causaron mis lágrimas, aunque también las lágrimas tienen el valor de las palabras´´, se queja de no haber podido despedirse de Aquiles `` ¡ Ay de mí, que ni siquiera pude besarte cuando partía! Pero pude derramar lágrimas sin fin y desgarrarme el cabello´´. Le cuenta que intenta escaparse pero no puede ``Muchas veces, burlando el guardián, he querido regresar, pero era un enemigo quien podía apoderarse de esta miedosa´´. Briseida le pregunta a Aquiles que ha hecho mal ``¿ Qué delito he cometido para valer tan poco para ti, Aquiles?´´. Se ha enterado de que se va a retirar ``Cuando tal crimen ha llegado a los temerosos oídos de esta desgraciada, me he quedado sin sangre y respiración en mi pecho´´.Entonces le pide que la lleve con él aunque sea de esclava ``Te seguiré como prisionera a un vencedor, no como esposa al marido´´ . Briseida termina diciéndole que si no está con él prefiere morir ``Se me fue el color de mi cuerpo; lo que tengo de vida sólo lo mantiene la esperanza de tenerte.Si se me niega ésta, buscaré a mis hermanos y a mi marido, y no te cubrirá de gloria haber ordenado la muerte de una mujer´´.


Briseida era una esclava, que se había enamorado de su amo, Aquiles, esto no era normal debido a que los amos no solían tratar bien a las esclavas. Una vez que Briseida está con su nuevo amo Agamenón, tiene la esperanza de regresar con el anterior, ya que Aquiles no la trataba como una esclava y la hacia sentir especial. Es una mujer sumisa, acata todo lo que se le dice aunque mande reproches a su amado porque no regresa a por ella. Siente tristeza al saber que su amado ha decidido no luchar y regresar a Grecia; ella querría que volviera al campo de batalla porque eso significaría que ha vencido a su orgullo y a la ira que lo invade.
He buscado poemas que estén relacionados con Briseida y sólo he encontrado el que os dejo a continuación:


Llanto de Briseida

¡Ay Patroclo que a deshora sucumbiste!
Soy sin ti como ave sin alpiste,
carro sin rienda, mástil sin estay.

En tanta confusión y guirigay,
tú mi refugio y mi sustento fuiste,
y el único en dolerte de la triste
que tiene que vivir de lo que hay.

Mi dueño el otro, tú mi confidente,
comprendías que soy viuda en resaca
y que, para mi bien, más conveniente

que mover tanto ruido y alharaca
es que Aquiles hiciera lo decente,
casándose conmigo en Cuernavaca.

(Homero en Cuernavaca)
Andrew Peter Debicki


Por último os dejo el poema que he creado sobre Briseida:

Briseida

Cautivada por Aquiles,
Patrocolo, tu palabra me diste
que su esposa yo sería.

La tranquilidad y la alegría
rápidamente llegaron a mí.

Más tarde vinieron a mí,
yo triste y sin poder discutir
me fui.

Me marché con la seguridad
de que Aquiles algún día
por mi vendría.

Ahora triste y desconsolada
me encuentro.

Día y noche lo espero,
más Aquiles no es a mi encuentro.


9 de diciembre de 2011

Fedra. La soledad del amor no correspondido.

Fedra en la mitología griega era la hija de Minos, rey de Creta, la esposa de Teseo y hermana de Ariadna. Cuando Fedra ve por primera vez a Hipólito, fruto del matrimonio anterior de Teseo con la reina Hipólita, se enamora perdidamente de él. Hipólito, rechaza las insinuaciones de Fedra por respeto a su padre y por castidad. Preocupada ella porque Hipólito pudiera contar lo ocurrido a Teseo, debido a su virtud y su sinceridad, lo acusó a su padre de haber intentado violarla. El rey, irritado y en cólera, pidió ayuda a Poseidón, que intentando remediar la situación, envió una bestia marina que espantó a los caballos de Hipólito, y éste, arrastrado por ellos murió ahorcado entre las riendas. Más tarde, Fedra, colmada por la culpa, decide suicidarse.

Fedra, Alexander Cabanel
En su obra Heroidas, Ovidio se sirve del mito de Fedra en la Epístola IV: Fedra a Hipólito, una de las 21 cartas escritas supuestamente por personajes femeninos de la mitología griega.

Según mi punto de vista la lectura de las Heroidas nos proporciona una especie de placer y enseñanza. Fedra aparece aquí como una mujer angustiada, una mujer que, contra las leyes de la ciudad, contra su interes propio y el de los suyos, se deja llevar por sus sentimientos y se expone al castigo de Teseo y al desprecio de Hípolito.

La epístola, dirigida a Hipólito, comienza con un saludo y a partir de allí, Fedra va mostrando sus sentimientos: dice que ha intentado hablarle pero el pudor le impedia hacerlo; ahora el amor la obliga; el amor es un sentimiento más fuerte y más violento que el pudor; lo dice claramente en los versos 11 y 12:

'' Quidquid Amor iussit, non est contemnere tutum''
''Cuanto Amor ha mandado es arriesgado desobedecerlo''

''Regnat et in dominos ius habet ille deos''
''Reina él e incluso ejerce sus derechos sobre los poderosos dioses''


Fedra no romperá los lazos que la ligan a Teseo; su honor y su fama siempre permanecerán intactas:

''Fama, uelim quaeras, crimine nostra uacat''
''mi fama, me gustaría que lo preguntaras, está libre de mancha''


Hípolito conservará también su fama, pero los dos serán culpables:
''Tú recogerás la nueva ofrenda de mi fama aún conservada, y juntos tú y yo seremos culpables''


El amor de Fedra hacia el joven está por encima de todo :
''si Juno me concediera a su hermano y esposo,
me parece que pondría a Hipólito por delante de Júpiter''


Ahora le atraen de modo extraordinario las aficiones de su hijastro: ir entre las fieras, guiar a los caballos, animar a los perros de caza:
''siento impulsos de irme entre las fieras salvajes''


Recuerda las desgracias de su família causadas por el amor: aparece el destino fatal que ha afectado a su madre y a su hermana. Venus desde que fue delatada por el Sol, que dió a conocer a Vulcano los amores con Marte, es enemiga de toda su familia; les trata mal en todo lo que se refiere al amor. Además de todo esto, es una sola casa, la casa de Teseo, la que ha seducido a dos hermanas. Fedra sigue las leyes de su familia. Aparece así en el poema:
''el hijo de Teseo Y Teseo se han apoderado de las dos hermanas: ¡levantad dos trofeos a costa de nuestra familia''


Más tarde, Fedra recuerda cómo conoció a Hipólito. Se nos cuenta en el poema que al conocerlo por primera vez en los Misterios de Eleusis, dado que Hipólito no vivía con su padre en Atenas, se enamoró locamente de él; el amor de fijó en sus huesos:
''entonces fue- y también antes, pese a todo- cuando me gustaste: un fuerte amor quedó clavado en lo profundo de mis huesos''.
Todo lo que él hace le agrada a ella:
''si empuñas la flexible lanza con tu brazo fornido...o si sostienes el venablo de cornejo de ancho hierro..., todo lo que haces agrada a mis ojos''.


Quiere persuadirle de que además de la caza se dedique al amor:
''el arco si nunca dajas de tensarlo de aflojará''.
Para persuadirle acude a ejemplos de otros personajes; le recueda a Céfalo y Aurora: ''Céfalo era famoso en el bosque y muchos animales habían caído... y con todo no se entregaba a disgusto al amor de Aurora: la diosa, con buen gusto, se iba junto a él de lado de su anciano esposo'' a Atalanta y a Meleagro: ''el hijo de Eneo se abrasó por la menalia Atalanta: posee ella los despojos de la fiera como prenda de amor''; a Venus y Adonis: ''muchas veces bajo las encinas una hierba cualquiera acogió a Venus y al hijo de Cíniras, los dos reclinados''.

A continuación aparecen una serie de reproches hacia Teseo: Fedra será la conpañera de Hipólito: ''Teseo ha preferido, si no negamos lo evidente, a Piritoo antes que a Fedra y a Piritoo antes que a ti''; Teseo es el verdadero responsable de todo: ''no ego tollenti causa, sed ille fuit''

Llega a rogar a Hipólito como suplicant:''vencida te suplico y tiendo mis brazos de reina a tus rodillas: ningún enamorado ve lo que es o no decente'' y dice que la nobleza yace bajo el amor: ''mi nobleza se rinde ante el amor'', le ruega que tenga compasión de sus antepasados:''¡si no tienes compasión de mí, tenla de los míos!''.
Y, perdidamente anamorada, todo se lo ofrece a Hipólito: ''que todo mi reino sirva a mi querido Hipólito''; queda confiada pensando que su madre pudo consequir a un toro y ''serás tú más cruel que un toro salvaje''.
Las lágrimas también aparecen en el poema:''acompaño estos ruegos también con lágrimas: ¡escucha las palabras de una suplicante e imagina que estás viendo mis lágrimas!''

Además de las Heroidas de Ovidio, los personajes de Fedra e Hipólito aparecen reflajados en el pasaje del libro XV de la Metamorfosis, también de Ovidio, donde Hipólito trata de consolar a Egeria y para ello le cuenta su desgraciada historia. El personaje de Hipólito aparece también en Eurípides y el de Fedra en Séneca, obras que difieren en el tratamiento en diversas ocasiones respecto de las obras de Ovidio.

Buscando en la tradición clásica de la literatura occidental he encontrado varios poemas que aluden al mito de Fedra, y tratan de describir el pesonaje, su dolor, su angustia, su pasión y sus sentimientos.
En este primero de Lucia Angélica Folino se pueden observar algunos de estos rasgos que caracterizan a Fedra:
Fedra
Ho ogni furia d´amore...
Racine.

Sola ante mí misma,
Impropiamente desnuda,
seca y astillada en piel,
desalbergada
en trazos del tiempo fenecido,
microscópica,
almacenada
en la infausta turbulencia de los años,
segmentada dentro de un orden,
exangüe y fragmentaria en la arrogancia,
subrogada en tiranías umbrosas,
cursi hipopótamo anónimo,
escéptica,
resumen crucial
de novelista deplorable
y trituradora de asquerosidades mundanas,
escalpelo del bosquejo,
hilacha de perezas y furores,
padeciente de injurias denostadas,
con mi santo y seña a cuestas,
centinela imperdonable,
remolona que se condena
en enredaderas liliputienses,
incognoscible, suicida,
bravía a tumbos,
edificio en ruinas con visillos de mal gusto,
doblegado sauce llorón,
quebradiza, demudada,
heme aquí, como Fedra, sola.

Lucía Angelica Folino
Poema perteneciente al libro: Acuario plateado por la luna, 2008


En en este poema podemos observar que la propia autora se compara a si misma con el personaje de Fedra, utilizando una serie de adjetivos que sirven para conectar su estado emocional con el personaje de Fedra.
Empieza el poema diciendo que se encuentra ''sola'' y ''desnuda'', su piel está ''seca'' y ''astillada'' por el paso del tiempo, se describe como novelista ''deplorable'' como ''padeciente'' de los males, ''suicida'' y acaba el poema, volviendo otra vez al principio, diciendo que se encuentra ''sola'' como Fedra. De entre estos adjetivos el que más refleja al personaje de Fedra es: ''SOLA'' porque, debido a su amor, Teseo la castiga e Hipólito la desprecia, quedánsose completamente sola.


En este segundo aparece tanto la personalidad de Fedra como la de Hipólito:

Fedra
Profunda, intensa inclinación lasciva,
para el adolescente nimio juego;
cómo abrasa a mis años este fuego,
nunca como hoy tan lúbrica y tan viva.

Ignora el joven mi pasión furtiva,
y si audaz la propongo o se la entrego,
no indiferente, hostil queda a mi ruego,
rasgando mi alma su actitud esquiva.

Vástago de mi esposo, no hijo mío:
Me has incendiado y permaneces frío,
deshonrada me siento, aún sin rozarte.

Mi cuerpo por el tuyo va gimiendo
cuando el camino de la muerte emprendo,
amor estéril, sin jamás gozarte.


Francisco Alvarez Hidalgo, 21 de octubre de 1999 ''LUMINARIAS''


Este poema está escrito en primera persona y es Fedra quien habla a Hipólito: Aparece su intenso deseo de ser amada, más ''viva'' que nunca; en cambio Hipólito es presentado como ingorante, '' hostil'', con una actitud indiferente, ''frio'', y aún así, el deseo de amor de Fedra hacia Hipólito es tan grande que dice que se siente ''deshonrada'' aún sin haber disfrutado del su amor. Su cuerpo llora por el de Hipólito, y dice que va a morir pues nunca gozará de su amor...nos da a entender que es inútil seguir luchando.

Los poemas que he escrito intentando describir a Fedra son:


Al ver tus ojos frios

Cuando te vi, me acariciaste
con la mirada,
me gustaste.
Pero aquella vez no fue en vano,
temblé, como aquella
muerte olvidada.
Mi inocente pensamiento
no entendía,
esa llegada tuya tan tardia.
Pese a todo, al pasar el tiempo
soñé con tu llegada hasta
el olimpo...
Pero nunca llegaste y me destrozaste.



Lamentos de Fedra por la muerte de Hipólito

Te fuiste,
ya no supe lo que era sentirte,
...quererte.

Algo se me fue cuando te fuiste,
y locamente me perdí en la mañana acelerante.
Sentí clavado en el pecho el corazón,
y te perdí.

Asumo mi culpa con angustía y con ardor
que llace dentro de mi interior.
Y aunque nunca pude comprender
aquella sensación: ¡ no tiene futuro nuestra relación !

Intento comprender este dolor
que está presente en lo más hondo del error.
No dejaré así nuestro final,
iré contigo hasta la infinidad.

A continuación os dejo la grabación de uno de ellos:


8 de diciembre de 2011

Clitemnestra

(Clitemnestra, de John Collier)

MUJERES  MALAS  y  PERVERSAS


Nacer mujer es, de por sí, toda una aventura y, desgraciadamente en algunas culturas supone una condena.
El papel de la mujer a través de los siglos ha sido el determinado por el hombre. La mujer ha vivido a lo largo de los siglos bajo el dominio del varón. Los breves brotes de rebeldía femeninos fueron rápidamente apagados por una sociedad hecha por y para hombres. Precisamente aquellas mujeres, que no todas, que fueron rebeldes con el sistema en el que vivían...fueron consideradas por la sociedad como malas y perversas.
Es de esta manera como quiero presentaros a mi protagonista, Clitemnestra, una mujer perversa donde las haya o al menos así fue descrita por plumas envenenadas que habían de confiar su obra a la inmortalidad, tintas sombrías que rezuman auténtico odio por el género femenino.

Utilizando principalmente como fuente la tragedia Electra, de Sófocles, voy a presentar una interpretación personal de la figura de Clitemenestra, una mujer de mito que rompe con los estereotipos femeninos dominantes de la sociedad griega


Clitemnestra (hija de Leda y Tindáreo, hermana de Cástor, Pólux y Helena) se  casó muy joven con Tántalo, a quien perdió junto con la hija de ambos a manos de Agamenón, quien después la obligó a tomarle como esposo.
Clitemnestra años después tuvo que soportar también la muerte de otra de sus hijas, Ifigenia, a manos de su propio padre. Ifigenia fue sacrificada por Agamenón a fin de que su flota pudiera contar con vientos favorables para llegar a Troya.
(Sacrificio de Ifigenia, de Giambattista Tiepolo)
De aquí que se pueda entender el crimen que posteriormente llevaría a cabo junto con su amante y aliado Egisto.
Tuvieron diez años para planear una manera de darle muerte y que la profecía se cumpliera. Existía una profecía según la cual Agamenón no podría recibir muerte ni en tierra ni en agua, ni desnudo ni vestido, ni dentro ni fuera de casa; esta profecía parecía prometerle inmunidad ante una muerte violenta, pero las argucias de Clitemnestra se encargarían de truncar la profecía para que éste muriera según los términos que en ella se marcaban.
Para el regreso de Agamenón la reina había dispuesto recibirlo con una alfombra púrpura por la que el rey avanzó al desmontar de su cuadriga. Aquel gesto desagradaría a los dioses, pues el privilegio de emplear tejidos púrpuras les correspondía exclusivamente a ellos. Clitemnestra lo acompañó después a tomar un baño antes del festín de bienvenida. De repente, se oyeron unos gritos procedentes de la sala del baño y, acto seguido, se hizo el silencio. Agamenón había sido asesinado de acuerdo con la profecía. La sala de baño fue construida en el lateral del palacio, de tal modo que no quedaba ni dentro ni fuera. Clitemnestra esperó a que éste estuviera con un pie en la bañera y otro en el suelo para atraparlo lanzándole una red. Egisto se abalanzó entonces sobre él, hacha en mano, y entre los dos le dieron muerte.

En la tragedia de Sófocles se presentan las consecuencias de tal acto: en “Electra”, Orestes, ya adulto, da muerte a su madre para vengar el asesinato de su padre.

Sófocles describe a Clitemnestra según palabras textuales como “ser odioso y perverso, en la medida en que puede serlo cualquier mujer”. Pues las mujeres en la antigua Grecia eran consideradas “tontas” hasta para hacer el mal. También se la describe como “espíritu maléfico”. En cambio Sófocles perdona el matricidio cometido por Orestes por considerarlo totalmente justificado puesto que ha hecho que su madre, la adúltera y despiadada asesina, pagara por el crimen cometido.

Sin embargo a partir de los diálogos de Clitemnestra en la tragedia, yo veo no a la mujer perversa que describe Sófocles sino a una mujer presa de la rabia y la venganza por la muerte de dos de sus hijos a manos del que era su marido:

(Discusión entre Electra y Clitemnestra en la que ésta le presenta el porqué de sus acciones)

Clitemnestra: - En efecto, que tu padre ha muerto a instancias mías constituye para ti ninguna otra cosa sino un mero pretexto siempre a punto. A instancias mías, sí, bien lo sé. No está en mí renegar de ello. Pues la justicia, no sólo yo, lo apresó, con la que debías colaborar tú si fueras sensata. Porque ese padre tuyo a quien lloras sin cesar fue el único entre los griegos que osó sacrificar a los dioses a un ser por el que corría tu misma sangre, porque no sufrió fatigas dolorosas igual que yo cuando la engendró como yo la traje al mundo. ¡Ea! Enséñame ya en razón de qué, de quiénes quiero decir, la sacrificó. ¿De los griegos, dirás acaso? Sin embargo no competía a ellos matar a la que no era más que mía. (…)

(Momento en el que Clitemnestra recibe la noticia de la muerte de su hijo Orestes, aquel  que le traería la muerte para vengarse por lo que le habían hecho a su padre)

Clitemnestra: - ¡Oh Zeus! ¿Cómo son estos hechos? ¿En cuál de los dos sentidos los interpreto, afortunados o espantosos, pero ganancia al fin? Por lo demás es triste si salvo mi vida a costa de mis propias desgracias.

Clitemnestra: - Cosa formidable es dar a luz, pues ni siquiera recibiendo mal le entra a una odio contra los que da a luz


Estos son algunos de los diálogos extraídos del texto que en mi opinión reflejan el verdadero carácter de Clitemnestra, pues incluso cuando se entera de la supuesta muerte de su hijo Orestes, aquel que ella sabía que le daría muerte, siente pena, porque no deja de ser su hijo.


Pienso que Clitemnestra fue una mujer que buscó luchar contra el crimen injustificado  y rebelarse contra lo establecido. Una mujer que defendió el amor hacia los hijos por encima de todo. Aunque no se puedan justificar sus acciones, sí pueden comprenderse y quitarle la gran losa de mujer mala y perversa que le han querido atribuir.

Lo que he pretendido con esta visión de Clitemnestra es ofrecer mi opinión y no tanto un alegato feminista. Pero ocurre que irremediablemente lo uno lleva a lo otro, y eso es algo que ni he podido ni he querido evitar, pues ¿es verdaderamente cierto que Clitemnestra sea mala y perversa? ¿No será, más bien, que su conducta es el fruto de su lucha por sobrevivir en un mundo hecho por y para hombres?

Agamenón

Redoblan incesantes los tambores
golpeando la noche ensangrentada,
y se asoma la luna amedrentada
temerosa de ver nuevos horrores.
Ella esgrimió el puñal de los traidores,
y su amante blandió cobarde espada,
y el rey que no perdió en la guerra nada,
rindió la vida a los conspiradores.
Triste y cruel destino, que al guerrero
arrastra sobre el campo de batalla
privándolo de amor y juventud;
y al regreso, su espíritu de acero
se quiebra ante la insólita muralla
de la traición que le abre su ataúd.
Los Angeles, 18 de Agosto de 1998, por Francisco Alvarez Hidalgo.

Mi poema:
Este poema nos muestra el resentimiento que sentía Clitemnestra hacia Agamenón después de que hubiera matado a dos de sus hijos.




CLITEMNESTRA. RECUERDOS QUE MATAN

Estoy cansada de estar así.
Oprimida por mis sentimientos
desconsolada en mis lamentos.
Hay tanto que el tiempo no puede borrar...
tanto que el tiempo no podrá curar.
Siento que lejos de mi os consiguió llevar
pero nunca podrá hacerme olvidar.
Hay heridas que parecen no cicatrizar
cuando el dolor es demasiado profundo,
demasiado real.
Cuando no pueda sentir la noche comenzar
será porque el viento le oirá gritar.
Cuando no pueda escuchar su aliento al respirar
será porque yo lo hice apagar.

5 de diciembre de 2011

La paciente Penélope


PENÉLOPE, la más fiel de las esposas. Mujer, que con una paciencia inagotable, espera la vuelta de su marido de la guerra.


Francesco Primaticcio, Penélope y Ulises.

Penélope es la mujer de Odiseo, valiente guerrero que marcha a la guerra de Troya. De esta unión, nace Telémaco, cuando Penélope es aún joven, cargando ésta con toda la responsabilidad cuando Odiseo ha de partir a la guerra. Leemos aquí un fragmento donde Odiseo da a entender cómo Penélope ha de madurar pronto puesto que con poca edad, ha de hacerse cargo de un niño:


Mi esposa es mujer y mortal, que de mente bien cuerda y honrado sentir en su pecho, es la hija de Icario, Penélope, insigne en prudencia: desposada en su flor juvenil la dejamos nosotros al partir a la guerra y un niño tenía en su regazo”.


Penélope y su hijo, Telémaco. A.W.Boguereau.


Después de los diez años que duró la guerra de Troya, Odiseo empleó otros diez más en su viaje de regreso al hogar, durante el cual vivió multitud de aventuras. A Ítaca había llegado la falsa noticia de que Odiseo había muerto, y por eso le surgen a Penélope muchos pretendientes, ya que el que se case con ella llegará al trono. Pero Penélope mantiene firme sus pensamientos creyendo que su marido todavía vive:

solo a veces la discreta Penélope allá me hace ir al arribo de algún hombre que viene con nuevas de un lado o de otro”.

Como no desea casarse, para evitarlo hace un pacto con los pretendientes: no decidirá con quién casarse mientras no termine de tejer el sudario que le va a hacer a Laertes, el padre de Odiseo. A lo largo de varios años, mantiene a los pretendientes engañados, ya que, lo que tejía durante el día, por la noche lo deshacía. Pero un día fue descubierta por una criada, que no tardó en informar a los pretendientes y éstos la coaccionaron para que eligiera a uno de ellos.
En estos fragmentos podemos leer del tremendo sufrimiento de Penélope:

Voy, Telémaco, ya a recogerme en mis salas de arriba, a ocupar aquel lecho doliente que empapan mis ojos con sus lloros sin fin desde el día en que a Ilión marchó Ulises."
¡Ojalá que ahora mismo la castra Artemisa me diera blanda muerte también para no consumir más mi vida en la pena, añorando el valor y las prendas sin cuento del esposo querido”

Al llegar a Itaca, Telémaco presenta a su padre frente a los pretendientes como un mendigo. Estos lo tratan con desprecio y ambos terminan matando a todos los pretendientes con el arco que sólo Ulises puede manejar.

Homero describe a Penélope como una mujer discreta y de hermosa figura, igual a una diosa, totalmente fiel a su marido.
La discreta Penélope luego llegó a su estancia, semejante a Artemisa en figura o a la áurea Afrodita”.

Y también la muestra en el Canto XIX como una mujer llena de ira y muy indignada. Aquí la vemos dirigiéndose a una esclava:

“¡Oh atrevida! ¡Oh impúdica perra! Bien queda a mi vista este ultraje que habrás de limpiar con tu propia cabeza.



Como no podría ser de otra manera, muchos poetas se han inspirado en este mito para componer un poema. A continuación, adjunto algunos de estos poemas.


POEMA 1.
Jorge Luis Borges

Odisea, libro vigésimo tercero
Pertenece al libro: El otro, el mismo (1964)


Ya la espada de hierro ha ejecutado
La debida labor de la venganza;
Ya los ásperos dardos y la lanza
La sangre del perverso han prodigado.

A despecho de un dios y de sus mares
A su reino y su reina ha vuelto Ulises,

A despecho de un dios y de los grises
Vientos y del estrépito de Ares.

Ya en el amor del compartido lecho

Duerme la clara reina sobré el pecho
De su rey pero ¿dónde está aquel hombre

Que en los días y noches del destierro
Erraba por el mundo como un perro

Y decía que Nadie era su nombre?


En este poema el poeta hace referencia al momento en el que vuelve Ulises a Ítaca.
Jorge Luis Borges se inspiró en muchas ocasiones en la Mitología Clásica y ha sido por ello un gran difusor de los clásicos.



POEMA 2.
Rut Roncal

Hoy te espero tejiendo una hermosa bufanda
intercalo colores, entre besos y ansias
En el jardín florecido de esperas inquietas
Mi corazón te llama y mi mente te sueña

OH mi Ulises querido, cuanto te amo en silencio
necesito tus besos, necesito palabras
tú rey de mi vida, sabes cómo endulzarme
y en un banco callado voy bordando esperanzas

Atraviesa tu barco, esas aguas revueltas
repletas se sirenas que a tu paso te llaman
te dedican su canto y embrujarte pretenden
no las escuches, amor, regresa a tu casa

Me acompañan níveas palomas
con sus trajes de gala, sus arrullos recuerdan
cuando tú me arrullabas tocando mi piel
cuando tierno y amoroso a mi te abrazabas

El tiempo ha pasado y mi amor que es eterno
te sigue esperando, no importa que en la noche
deshaga mi bordado y comience de nuevo
No habrá otro galán que acaricie mis manos

Soy tuya Ulises, mi amado, tesoro de mi espera
Los dioses bendijeron nuestra unión para siempre

Yo te amare más allá de la muerte
Y en este banco espero, ansiosa que llegues…

Penélope




Penélope esperando a Ulises. Pintura de Waterhouse.
POEMA 3.
Francisco Álvarez Higalgo;
Winnipeg, 20 de Octubre de 1999

Penélope
¿Dónde estarás, amor? ¿Qué extraños mares
surcas bajo la cólera violenta
de vengativos dioses, mientras lenta
cada noche acentúa mis pesares?
Me siento extraña en nuestros propios lares, sujeta a las presiones y a la afrenta de cada advenedizo, que acrecienta su ambición entre copas y cantares.
No tardes, apresura tu regreso,
que se me ha helado ya el último beso,
y mi cuerpo ha olvidado tu calor.
Que estoy, como el fiel Argos, desvalida, ciega y sorda sin ti, casi sin vida, pero guardando incólume mi amor.





Penélope pensando. Rudolph von Deutsch.

Todos los poemas que habéis leído hasta ahora, cuentan algun fragmento de la Odisea. Se han inspirado en una versión en la cual Penélope espera en Ítaca a Ulises a que vuelva de la Guerra de Troya. Ésta, por muchos pretendientes que lleguen a su residencia, se mantiene fiel a su marido.
Pero... ¡ATENCIÓN! porque.. sin embargo, no todos los poetas han seguido esta versión del mito. He encontrado uno en que asistimos a una versión nueva del mito, es decir, cuentan que Penélope no espera a su marido, sino que se va con otros o se empieza a sentir atraída por otro hombre. Una de las poetas que ha optado por un final alternativo al que estamos habituados a escuchar, es Claribel Alegría. Y aquí os enseño el poema y una grabación en voz de éste, grabada por mi profe.( je, je)
( Haz clic en el título para escuchar la grabación).

Claribel Alegría

Mi querido Odiseo:

Ya no es posible más
esposo mío
que el tiempo pase y vuele
y no te cuente yo
de mi vida en Itaca.
Hace ya muchos años
que te fuiste
tu ausencia nos pesó
a tu hijo
y a mí.
Empezaron a cercarme
pretendientes
eran tantos
tan tenaces sus requiebros
que apiadándose un dios
de mi congoja
me aconsejó tejer
una tela sutil
interminable
que te sirviera a ti
como sudario.
Si llegaba a concluirla
tendría yo sin mora
que elegir un esposo.

Me cautivó la idea
que al levantarse el sol
me ponía a tejer
y destejía por la noche.
Así pasé tres años
pero ahora, Odiseo,
mi corazón suspira por un joven
tan bello como tú cuando eras mozo
tan hábil con el arco
y con la lanza.
Nuestra casa está en ruinas
y necesito un hombre
que la sepa regir
Telémaco es un niño todavía
y tu padre un anciano
preferible, Odiseo
que no vuelvas
los hombres son más débiles
no soportan la afrenta.

De mi amor hacia ti
no queda ni un rescoldo
Telémaco está bien
ni siquiera pregunta por su padre
es mejor para ti
que te demos por muerto.
Sé por los forasteros
de Calipso
y de Circe
aprovecha Odiseo
si eliges a Calipso
recuperarás la juventud
si es Circe la elegida
serás entre sus chanchos
el supremo.
Espero que esta carta
no te ofenda
no invoques a los dioses
será en vano
recuerda a Menelao
con Helena
por esa guerra loca
han perdido la vida
nuestros mejores hombres
y estas tú donde estas.
No vuelvas, Odiseo
te suplico.

Tu discreta Penélope





Penélope ( Esta escultura se encuentra en el museo del Vaticano).

Y por último, no podía terminar este post, sin un poema de creación propia que haga referencia a este mito. Yo he optado por la versión más clásica, versión en la que Penélope espera durante años la llegada de su marido fielmente.


Emma Calero
Oh Penélope desgraciada,
que tan sola estás en tu morada.
Triste es tu mirada
que en el horizonte está obsesionada

"Oh Ulises, cuanto de menos te echo,
sin ti cuanto vacío hay en mi lecho.
Tú eres lo que más feliz me hace,
es un hecho.

Esperándote estoy a las puertas del deseo,
ya que solo tú eres mi romeo."

Mientras ella tanto de menos le echa,
él también en ella piensa:

“Le pido a los dioses que me lleven rápido a tu lado,
de solo verte en mis sueños estoy cansado
cuánto daría por rozar tus labios,
el no tenerte solo me provoca desvarios”

Él el corazón le arrebató,
mas su retardada vuelta la destrozó.

A su vuelta “gracias, por cuidar de mi hijo”,
él a ella le dijo. Más también:
“Con tus ojos como estrellas y tu sonrisa de cielo,
formaría el firmamento.
Y con tu rostro angelical y tu voz de lucero,
te abriría el corazón entero.

Quisiera ser dios para hacer con tus ojos las estrellas
y con tu sonrisa el cielo,
para con tus cabellos los rios
y con tu voz el sonido del viento”.